“Tocar guitarra acústica es como hacer el amor con ropa, sabes cómo se hace pero es más difícil.”

HISTORIA DE LA GUITARRA

La guitarra, también conocida como guitarra clásica o guitarra española,​ es un instrumento musical de cuerda pulsada, compuesto de una caja de resonancia, un mástil sobre el que va adosado el diapasón o trastero -generalmente con un agujero acústico en el centro de la tapa (boca)-, y seis cuerdas. Sobre el diapasón van incrustados los trastes, que permiten las diferentes notas. Algunos instrumentos de su familia son el cuatro, el ukelele, el requinto, el charango y distintos tipos de guitarrón, como el guitarrón mexicano, de uso frecuente por los mariachis.

Es el instrumento más utilizado en géneros como blues, rock y heavy metal, sobre todo en su variante eléctrica, mientras que en el flamenco se suele usar una guitarra española con ligeras variaciones, conocida como guitarra de flamenco. La guitarra clásica es también bastante frecuente entre los cantautores, así como en el folclore de varios países.


Partes de la Guitarra

La guitarra ha sufrido variaciones en su forma a lo largo de los siglos. Además del número de cuerdas, las variaciones del instrumento han surgido para adaptarlo a las necesidades del intérprete hasta adoptar la forma actual. Este instrumento está fabricado con madera prácticamente en su totalidad. Hoy en día se utilizan muy diversos tipos, aunque comúnmente los más empleados son principalmente la madera de palisandro de la India y otros: abeto, caoba, cedro de Canadá, pino, ciprés (muy popular entre las guitarras que se utilizan entre los guitarristas flamencos) y ébano. Hoy en día los constructores diferencian entre la construcción de un instrumento clásico o flamenco, aunque esto no siempre tenga criterios musicales o sonoros, y sí estéticos y de moda. Algunos afirman que las maderas o el tipo de construcción depende según la guitarra sea clásica o flamenca, aunque los hechos indican que durante muchos años en el siglo XX los guitarreros no llevaran a cabo esas diferenciaciones.

Básicamente, está compuesta por la caja de resonancia, el mástil, el puente, el diapasón, los trastes, las cuerdas y el clavijero. No obstante, algunos guitarristas han personalizado sus guitarras y pueden poseen más de un diapasón o sobrepasan las 6 cuerdas. Las más populares de 7 cuerdas se utilizan en la música popular brasileña, la de 8 cuerdas que popularizó el gran José Tomás, o la de 10 cuerdas de Narciso Yepes. Sin embargo, no es una cuestión generalizada. Durante el siglo XIX existieron guitarras de muy diversos tipos, como guitarras-arpa con numerosas cuerdas.

Incluso recientemente y con criterios de sonoridad y volumen, el guitarrista uruguayo Abel Carlevaro patentó un modelo en el que se ampliaba el volumen de la caja eliminando el óvalo superior de la guitarra, y se prescindía del orificio de la tapa armónica, para que esta tuviera mayor superficie de vibración, y por lo tanto mejor sonido y de mayor volumen. Sin embargo, el modelo que siempre ha prevalecido durante los últimos dos siglos sigue siendo la guitarra convencional de 6 cuerdas y de la forma de 8 que todos reconocemos.

Tras ser encolados todos los elementos que forman la caja de resonancia, se une con el mango y se incluyen refuerzos en el contorno de las dos tapas (cenefas), en el centro del fondo y en las uniones inferiores y superiores de los aros. Posteriormente se adhiere el diapasón. Entre el mástil y el clavijero se coloca la cejilla que sirve para apoyar y separar las cuerdas. La cejilla habitualmente es de marfil, hueso, plástico o incluso metálica, en función de la calidad del instrumento.

Una vez que todos los elementos que la forman han sido unidos, se procede a su barnizado. Existen dos formas de llevar a cabo este proceso, una más costosa y trabajosa que consiste en barnizar el instrumento a mano con goma laca; y la otra barnizarlo con una pistola a base de poliuretano que seca rápidamente. El inconveniente de este último método es que el barniz forma una placa sobre la caja de resonancia que le resta sonido al instrumento.

Posteriormente se realiza el aplanado del diapasón y la colocación de los trastes, los cuales suelen ser de alpaca o latón. Es sumamente importante que el trasteado sea perfecto ya que de él depende la afinación de la guitarra. Acto seguido, en la parte inferior de la tapa armónica se colocan las clavijas y las cuerdas. Antiguamente las cuerdas eran de tripade animal pero en las guitarras modernas son de nailon.

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Caja de resonancia

La caja de resonancia está conformada por el fondo, la tapa armónica y los aros laterales. Los dos primeros son planos. El fondo puede estar construido en madera de palisandro mientras que la tapa puede ser de pino, abeto, cedro o, en ocasiones, de ciprés. La tapa armónica tiene una perforación en su parte intermedia, llamada "boca", adornada con la llamada "roseta". La tapa está reforzada por entre cinco a nueve barras finas de madera que reciben el nombre de "espinetas". Estas espinetas están dispuestas en la parte interior y tienen forma de abanico. El número de varetas dentro de una guitarra depende del fabricante de la misma. Los aros son dos piezas largas y estrechas fabricadas con la misma madera del fondo, curvadas a fuego y unidas en los extremos superior e inferior de la caja. Su unión se asegura en el interior con dos tacos de madera colocados uno en la base del mango y otro en la parte contraria. Los aros están reforzados a lo largo de su parte interna con dos tiras de madera que reciben el nombre de "contrafajas".

Mástil

El mástil está construido con madera de cedro o nogal o pino y está formado por el clavijero, el mástil y la quilla o zoque. En las guitarras modernas las clavijas están incluidas dentro de clavijeros metálicos, a diferencia del método empleado en guitarras anteriores que consistía en insertar directamente las clavijas en la madera del clavijero. El clavijero está situado en el extremo del diapasón. Los clavijeros modernos tienen dos cortes verticales y están preparados para recibir los huesos, que son las pequeñas piezas en las que las cuerdas van enrolladas. Las clavijas metálicas quedan en la parte exterior del clavijero y se emplean para afinar el instrumento mediante la tensión que ejercen sobre las cuerdas. Su tensión puede modificarse para la afinación mediante un sistema de tornillos sin fin impulsados por las clavijas, que implican pequeños rodillos sobre los cuales se envuelven las cuerdas. Estas pasan a continuación por el puente superior, en el cual se cavan pequeños surcos que guían cada cuerda hacia el diapasón hasta llegar al clavijero. El clavijero puede llamarse también pala o maquinaria; de este mecanismo depende la afinación de las cuerdas de la guitarra.

La parte más larga del mango recibe el nombre de mástil y está cubierto con el diapasón, que es un trozo de madera, habitualmente de palisandro o ébano, sobre el que presionan los dedos las cuerdas de la guitarra. La quilla o zoque es la base del mango que se fija a la caja de resonancia.

Origen

Los orígenes y evolución de la guitarra y su familia no están demasiado claros, ya que numerosos instrumentos similares eran utilizados en la antigüedad, por lo que es usual seguir la trayectoria de este instrumento a través de las representaciones pictóricas y escultóricas encontradas a lo largo de la historia. Existen evidencias arqueológicas en bajorrelieves encontrados en Alaça Hüyük (norte de la actual Turquía) de que en torno al año 1000 a. C. los hititas y asirios crearon instrumentos de cuerda parecidos a la lira (el instrumento de varias cuerdas más sencillo y antiguo del mundo) pero con el agregado de una caja de resonancia, por lo que serían antecesores de la guitarra. También se han encontrado representaciones en dibujos del antiguo Egipto que se asemejan a la guitarra.

Existen varias hipótesis acerca de sus orígenes. Una de ellas le da un origen grecolatino y afirma que es un descendiente de la fidícula. Otra de las más populares considera que la guitarra es un instrumento introducido por los árabes durante la conquista musulmana de la península ibérica y que posteriormente evolucionó en España.

Ambas hipótesis tienen su razón etimológica. Al parecer los primeros cordófonos llegaron hasta los griegos, que deformaron ligeramente su nombre, kithára o kettarah. Según Corominas, la acentuación revela el origen de la palabra en el griego kithára. La palabra cíthara que derivaría después en cítara y finalmente cedra en castellano parece que sería utilizada para el instrumento sin mango (más parecido a la lira), mientras que se supone que el vocablo griego se habría utilizado para el instrumento al que se le habría añadido un mango al comienzo de nuestra era. Muchos estudiosos y musicólogos atribuyen la llegada de la guitarra a España por medio del Imperio romano en el año 400.2​3​4​

La otra hipótesis tiene su fundamento etimológico en la palabra árabe para guitarra, qīṯārah,5​ que si bien igualmente originaria del griego, podría haber sido introducida por los conquistadores árabes y no por los romanos. Hay también una hipótesis arabista acerca del origen del laúd que sostiene que el primer instrumento con mástil fue la ud árabe, cuyo nombre los españoles terminaron fundiendo erróneamente con su artículo: «la ud» femenina se convirtió en el masculino "laúd". Fueron precisamente los árabes quienes introdujeron el instrumento en España, donde evolucionó de acuerdo a los gustos musicales de la plebe bajo dominación árabe.

En la India estos instrumentos eran conocidos en idioma sánscrito como sitar (instrumento descendiente de la vina), palabra que proviene de dos palabras indoeuropeas que darían origen a la palabra española "guitarra": la raíz guīt (que produjo las palabras sánscritas guitá:'canción' (como en el Bhagavad-guitá, la 'canción del Señor'), o sangīt: 'música') y la raíz tar, que significa 'cuerda' o 'acorde'.

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